La blogosfera bulle con el asunto del canon. Si te ha pillado fuera, Enrique Dans te explica clarisísimamente de que va la historia. Me permito un resumen personal.
1. Los derechos de autor y la propiedad intelectual existen, son conceptos importantes, y deben defenderse dentro de los límites de lo posible. Un creador es propietario de lo que crea, y su propiedad debe ser reconocida. Sin embargo, no deben confundirse los derechos del creador, con los supuestos derechos de las industrias que pretenden explotar las creaciones de éste.
2. La piratería existe, pero no como se ha intentado tendenciosamente definir por parte de las entidades de gestión: pirata es quien se apropia de bienes ajenos con ánimo de lucro, entendido éste como la pretensión de obtener un beneficio económico mediante el uso de dichos bienes. (...) Los usuarios que utilizan dichas obras para su consumo personal no lo son. Lo contrario supone la criminalización de un segmento enorme de la sociedad por un comportamiento completamente lógico: obtener los bienes donde más sencillo y económico resulta hacerlo. Si la tecnología pudiese hacer que del grifo de tu cocina saliese CocaCola, ¿cuánto estarías dispuesto a pagar por CocaCola embotellada?
3. Las descargas de Internet no son ni un problema ni un fallo del sistema, son una característica del mismo. Están ahí, y la única alternativa de la industria es aprender a hacer negocio y crear valor en un entorno en el que éstas existen. Ninguna industria debe ser “compensada” en modo alguno por la aparición de un avance tecnológico.
4. El derecho de copia privada asiste a los particulares a la hora de reproducir sobre cualquier soporte un producto al que han tenido acceso, siempre que dicha reproducción se haga sin ánimo de lucro. Es un derecho que no forma parte de ninguna negociación, ha existido siempre, independientemente de que el desarrollo de la tecnología haya convertido su ejecución en mas sencilla.
5. El canon es injusto, indiscriminado y absurdo. Pretende compensar de manera equivocada e injusta por algo que no debe ser compensado, el avance tecnológico.
6. Proclamar que “la ausencia de canon supone automáticamente convertir la descarga en un delito” es una falacia absoluta. Ni el canon es razonable, ni la descarga es un delito si no media ánimo de lucro.
7. La cultura no está en peligro. Existen ahora más creadores que nunca, más canales para acceder a ella que nunca, y los creadores pueden seguir encontrando modelos de negocio adecuados que compensen los esfuerzos invertidos en la creación.
8. Los escritos firmados por un puñado de “artistas” para mostrar a los políticos su malestar no tienen valor alguno. Se trata de simples ciudadanos, sin más derechos ni obligaciones que todos los demás, que reclaman un privilegio que a otros se nos caería la cara de vergüenza si intentásemos reclamar.
[lee más sobre el canon en enriquedans.com. Por ejemplo: El ministro de Cultura es un mentiroso]
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