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Safrn Foer lo cuenta en un artículo publicado originariamente en la revista Playboy y que he localizado en Der tagesspiegel Online. El escritor pidió su "próxima hoja en blanco" a literatos como Susan Sontag, Paul Auster, Haruki Murakami, Arthur Miller, David Grossman, Richard Powers, John Barth o Zadie Smith, que le enviaron el extraño artículo maravillados ante las posibilidades metaliterarias de un objeto así. Auster envió un folio de papel grafito; Sontag una octavilla con su nombre impreso de un formato más pequeño que el estándar, Barth una infantil hoja de cuaderno de tres agujeros. Safran Foer liberó su imaginación y vio en ellos "ninguna palabra, pero a la vez todas aquellas que quedan por escribir". En algunas de las hojas aún se apreciaban los trazos escritos sobre la cuartilla superior, que desaparecieron en unos días: eran "palabras fantasma".
Entrevista en The Portland Mercury
El ensayo
Esto es Brooklyn | Gente del barrio
1 comentario:
Qué buena historia.
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