The Prague Post charla con Paul Auster acerca de su visita a Praga, de Obama y del béisbol, una conversación amistosa ajena a la literatura, literatura, literatura del encuentro de escritores que ha llevado a Auster hasta la capital checa. Auster cuenta que, de paseo por la ciudad, lo que más le emocionó fue visitar el viejo cementerio judio y la sinagoga anexa, donde están escritos en las paredes los nombres de los judios enviados a los campos de concentración. "Encontré una familia Auster", recuerda el escritor. "Un padre, una madre y su hijo de 12 años. No puede contenerme, casi rompo a llorar, así que tuve que salir".
[...] A Kafka fan, he also felt the vicarious thrill of walking the same streets as his literary hero. But his most moving experience was visiting the Old Jewish Cemetery and adjacent Pinkas Synagogue, where the names of 80,000 concentration camp victims are inscribed on the walls. “I found an Auster family, a father, mother and a 12-year-old child,” he said. “I nearly broke down in tears. I couldn’t take it; I had to walk out.” [...]
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