El periódico norteamericano The Washington Post publica esta semana su crítica sobre The Brooklyn Follies, la última novela de Paul Auster. Al articulista, Jeff Turrentine, le parece que Auster se ha relajado un poquito: "The Brooklyn Follies is a welcome sign that Auster, whose fictional universe can too often seem mechanistic and overdetermined, is finally relaxing a little", dice exactamente. Arranca su artículo con una curiosa anécdota, que uno no sabe diferenciar apócrifa o no. Dice que "no sé si todavía ocurre, pero las librerías de las ciudades universitarias solían colocar las novelas de Auster detrás del mostrador, lejos del alcance de los clientes". Al parecer, según explica Turrentine, los relatos austerianos, sobre todo más tempranos (la trilogía, La Música del Azar, El Palacio de la Luna) estaban entre los ejemplares más codiciados por los universitarios sin blanca y por tanto entre los más robados. Un honor que compartía con Bukowski, Jack Kerouac y Burroughs. Al estudiante solitario, a kilómetros de su hogar, le gusta pensar en que el azar o un encuentro casual puede un día cambiar su vida.
The Washington Post - Try a little tenderness
Esto es Brooklyn - Guía de Comentarios
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