Paul Auster escribe acerca del cineasta
Jim Jarmusch en el
suplemento cultural del diario argentino La Nación, un autor con quien le unen varias cosas. Entre otras, Jarmusch representó un pequeño papel en Blue in the Face, el experimento cinematográfico de Auster posterior a Smoke. Auster está presente, por su parte, en los 'extras' del DVD del film de Jarmusch, Night on Earth, un clásico de 1991 ahora reeditado.
"Mientras empiezan a pasar los créditos iniciales de Una noche en la Tierra ( Night on Earth ), se nos informa que el film es una producción de "Locus Solus". Un nombre curioso, sin dudas poco familiar para la mayoría de la gente, pero que revela muchas cosas sobre la sensibilidad de Jim Jarmusch , algo que hasta podríamos llamar el "toque Jarmusch": esa mezcla inimitable de humor inexpresivamente imperturbable, tropelías disparatadas e imágenes de exquisita factura. Resulta que Locus Solus es el título de una novela del excéntrico escritor francés de principios del siglo XX Raymond Roussel, un libro admirado por los surrealistas y, una generación más tarde, por el poeta estadounidense John Ashbery, al punto de que Ashbery y su colega Harry Mathews fundaron a fines de la década de 1950 una revista llamada... Locus Solus.
Pocos saben que Jim Jarmusch empezó como poeta y que, como estudiante en Columbia, fue uno de los editores de la revista literaria universitaria The Columbia Review . La influencia primordial de sus primeras obras fueron Ashbery, Frank O Hara, Kenneth Koch, Ron Padgett y otros poetas de la escuela de Nueva York. En contra del formalismo y la sequedad académica que predominaban en la poesía estadounidense en la década de 1950, surgían diversas insurrecciones en todo el país: los beats , los poetas de Black Mountain y, los más subversivos de todos, la pandilla de Nueva York. Nacía una nueva estética. La poesía dejaba de ser una lenta y laboriosa búsqueda de la verdad universal o de la perfección literaria. Ya no se tomaba tan en serio a sí misma y aprendía a relajarse, a burlarse de sí misma, a disfrutar de los placeres corrientes del mundo. La noción de arte elevado fue abandonada para favorecer un abordaje caracterizado por frecuentes cambios de tono, por una inclinación hacia lo ingenioso y el sinsentido, la discontinuidad y la adhesión a la cultura popular en todas sus formas. De repente, los poemas empezaron a llenarse de referencias a personajes de comics y a estrellas de cine. Fue un fenómeno autóctono de Estados Unidos, aunque paradójicamente las raíces de esta transformación provenían en gran medida de Europa, en particular de Francia.
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