lunes, septiembre 24, 2007

Martin Frost: La crítica

| Especial | Auster en Donostia |
Juan Zapater, en Deia: Es curioso que Auster, viejo zorro para olfatear dónde hay un relato corto y dónde germina una novela, encalle ante la duración de un filme comercial; la servidumbre de tener que filmar 100 minutos hace que este guión que en 20 minutos hubiera sido ejemplar se deforme para apuntalar otra(s) historia(s) en un hacer confuso y repetitivo que cambia emoción y contención por bromas familiares, chistes de amigos y la exhibición narcisista de su hija, una forma de exhibirse él mismo.

Claudio D. Minghetti, en La Nación: Película austera (dice mucho con poco), aun con todo lo que en este caso puede significar el adjetivo, además de honesta y rica a nivel formal, La vida interior de Martin Frost es una de las oportunas propuestas de la programación donostiarra de este año.

Diego Lerer, en Clarín: Pero la intriga -y el chiste- duran poco, y pronto la película empieza a caer en burdas situaciones de comedia. Con similar apuesta por el realismo mágico de su anterior Lulu on the Bridge, Auster sigue sin hacer pie como realizador.

Ángel S. Harguindey, en El País: Paul Auster es uno de los escritores contemporáneos más brillantes. Su talento literario está fuera de discusión. Otra cosa distinta es su vertiente cinematográfica, una vocación que ya no se puede considerar un capricho pues el filme que presentó ayer fuera de concurso es su tercer largometraje [...]. La vida... narra una ingeniosa historia acerca de un escritor que decide descansar un tiempo en una casa alejada del mundanal ruido en la que surge una extraña mujer de la que iremos intuyendo que se trata de su musa y con la que mantiene una progresiva historia de amor, tan admisible como fantástica. Los dos personajes y la casa son los protagonistas de un filme intimista, tranquilo, con unos diálogos divertidos e inteligentes que acrecentarán su ironía al aparecer dos personajes secundarios: la propia y bella hija de Auster y un estupendo fontanero (Michael Imperioli, uno de los personajes de Los Soprano) con vocación de autor de best-sellers. La cuestión clave es que Auster no domina la narración cinematográfica con la sabiduría que demuestra en la literatura, de tal modo que la película cuenta una historia atractiva con un estilo ingenuo, elemental.

José Luis Losa, en El Correo Gallego: Si la anterior película del escritor aspirante a cineasta, Lulu on the bridge, poseía un indiscutible encanto naïf, The inner life of Martin Frost es un cargante desencanto, una ñoñería que me deja estupefacto. Eso sí, Auster, además de a Irene Jacob, quiere mucho a su hija, Sophie Auster, a la que promociona como actriz y cantante a capella en su película despropósito.

Antón Merikaetxebarria, en El Correo: [...] lo sorprendente del filme es que Auster construye con ello una historia decididamente amena, que el espectador la disfruta sin necesidad de reparar en el minucioso artificio literario que la sostiene.

Carlos Boyero, en El Mundo: [...] Con esos estimulantes antecedentes esperas algo memorable de La vida interior de Martin Frost, un personaje que aparecía inicialmente en su magnífica novela El libro de las Ilusiones, pero ese interés inicial se va diluyendo lamentablemente plano a plano, secuencia a secuencia, en una película muy leve, confusa, pretendida aunque olvidablemente romántica, sin nada que irrite especialmente, pero que tampoco apasione [...].
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